
Los gatos son animales limpios por naturaleza, se ocupan de su limpieza y arreglo personal. Se asean lamiéndose el pelaje un promedio de tres horas diarias, -esta conducta se conoce como “atusamiento”-, lo cual les estimula el crecimiento del pelo nuevo. También se realizan el “manicure”, pues se limpian y afilan las uñas frotándolas sobre superficies ásperas. Los felinos tienen una tendencia natural a tapar sus heces y orina, y por si esto fuera poco, les gusta comer en platos limpios.
•Baño: se cree que los gatos le temen al agua, pero lo cierto es que si se le acostumbra desde pequeño a una rutina de limpieza, no habrá ningún problema con el baño. Este puede realizarse una ó dos veces al mes, utilizando agua tibia y un shampoo especial para gatos.
• Pelaje: es importante cepillar a tu minino una vez al día para que tenga un pelaje saludable y libre de parásitos. Utiliza un cepillo adecuado al tamaño del pelaje y hazlo con movimientos suaves a contrapelo. Esto evitará que se le formen nudos y que trague pelo en exceso que pueda taparle el tubo digestivo.
• Bandeja higiénica: los felinos buscan un lugar tranquilo para orinar y defecar. Su cajón o bandeja debe ser de las dimensiones adecuadas para su tamaño. Procura que la arena de la bandeja sea suficiente y de buena calidad para que absorba la humedad y los malos olores. Es recomendable que laves la bandeja con agua y jabón y que cambies el relleno completo una vez por semana.
• Platos de alimentos: debes lavarlos regularmente pues de lo contrario puede que tu gato se rehúse a comer en ellos.
• Área para dormir: Debes sacudir su cama y lavar sus almohadones con cierta frecuencia, así tu gato se sentirá confortable y junto con el cepillado, disminuirás las probabilidades de que sea infectado por parásitos indeseables.