domingo, 2 de agosto de 2009

Limpios por naturaleza



Los gatos son animales limpios por naturaleza, se ocupan de su limpieza y arreglo personal. Se asean lamiéndose el pelaje un promedio de tres horas diarias, -esta conducta se conoce como “atusamiento”-, lo cual les estimula el crecimiento del pelo nuevo. También se realizan el “manicure”, pues se limpian y afilan las uñas frotándolas sobre superficies ásperas. Los felinos tienen una tendencia natural a tapar sus heces y orina, y por si esto fuera poco, les gusta comer en platos limpios.

•Baño: se cree que los gatos le temen al agua, pero lo cierto es que si se le acostumbra desde pequeño a una rutina de limpieza, no habrá ningún problema con el baño. Este puede realizarse una ó dos veces al mes, utilizando agua tibia y un shampoo especial para gatos.

Pelaje: es importante cepillar a tu minino una vez al día para que tenga un pelaje saludable y libre de parásitos. Utiliza un cepillo adecuado al tamaño del pelaje y hazlo con movimientos suaves a contrapelo. Esto evitará que se le formen nudos y que trague pelo en exceso que pueda taparle el tubo digestivo.

Bandeja higiénica: los felinos buscan un lugar tranquilo para orinar y defecar. Su cajón o bandeja debe ser de las dimensiones adecuadas para su tamaño. Procura que la arena de la bandeja sea suficiente y de buena calidad para que absorba la humedad y los malos olores. Es recomendable que laves la bandeja con agua y jabón y que cambies el relleno completo una vez por semana.

Platos de alimentos: debes lavarlos regularmente pues de lo contrario puede que tu gato se rehúse a comer en ellos.

Área para dormir: Debes sacudir su cama y lavar sus almohadones con cierta frecuencia, así tu gato se sentirá confortable y junto con el cepillado, disminuirás las probabilidades de que sea infectado por parásitos indeseables.


ROMA DECLARA A LOS GATOS PATRIMONIO BIOCULTURAL DE LA CIUDAD.



Cualquiera que haya paseado por Roma y, especialmente, por los numerosos yacimientos arqueológicos diseminados por la Ciudad Eterna, se habrá tropezado con sus simpáticos ocupantes, los gatos. Se calcula que en las calles de la capital italiana viven alrededor de 150.000 mininos que conviven pacíficamente en grandes grupos.

En el pasado, estos animales libraron a los romanos de una epidemia de peste - que podría haber diezmado la población - comiéndose a las ratas. Ahora, el Ayuntamiento de Roma quiere rendir homanaje a estos "ciudadados" tan especiales declarándolos patrimonio biocultural.

Fuente: Página 98. Pronto Nº 1853